lunes, 25 de enero de 2016

LEJOS



Corrió, corrió y corrió.


Corrió lejos, hasta dónde nunca había llegado antes y donde empezaba esa línea invisible que separa la ciudad de las montañas que veía cada mañana desde la cocina sin ambición, a pesar de ello, la necesidad lo obligó a correr, la necesidad a la nada, para sentirlo todo, para sonreír sin motivo y mezclarse con canciones que nunca antes le habían producido un cambio de temperatura en su interior, fue seguramente por ello que cuerpo empezó a hablarle, y paró a mear, como si hubiera estado esperando ese momento durante años, y giró, se miró los pies desnudos y se dirigió hacia su hogar, dónde le esperaba la infelicidad.



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