Puedes mirar, o puedes saber mirar. Puedes simplemente ver
aquello que te rodea, o puedes observar con intención. Y es como todo en esta
vida, o naces con ello o lo entrenas.
No solo se trata de entrecerrar los ojos, o mirar fijamente,
sino es percibir, analizar y absorber
que te rodea en cuestión de segundos, o menos.
A menudo no es tan solo absorber información, sino también
emitirla, desprender-la. Expresar con un vistazo, hablar con los ojos, sonreír o
mentir, todo la manera es instintiva e innata, pero como todo, puede
entrenarse.
La cosa se pone emocionante cuando juegas con ella y a lo
que te enfrentas no es un paisaje o un vacío, sino un humano o inteligente.
Puedes infundir cariño, respeto, pasión, poder… o incluso
odio y temor.
Se dice que los mayores truhanes se han gastado de buen
porte, elegancia en las formas o seguridad. Pero lo que nunca les ha faltado ha sido una mirada
expresiva, que sabe conquistar y hacer sentir atracción y confort, con un punto
carismático irrefutable.
Pero ahora no vale afinar la mirada o graduar el objetivo,
los ojos trabajan conjuntamente con las señales y los movimientos que nuestros
cuerpos emiten. Puedes conseguir cosas impensables si con tus gestos miras y
con tus ojos te expresas. Aprende a mirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario